Cadaqués Madrid es el último restaurante abierto en la capital por el grupo Sagardi, bajo el concepto de: “La cocina mediterránea del fuego”
Decía que a Dalí le hubiera encantado comer en el nuevo Cadaqués Madrid por varias y distintas razones; para empezar, porque el enunciado de algunos de los fundamentos culinarios y platos de este nuevo establecimiento, a buen seguro que hubieran cautivado al gran maestro universal del surrealismo. Cocina de fuego y mar, de mar y montaña…; materializada , por ejemplo, en platos cuyos paradójicos nombres hubieran hecho, sin duda, las delicias gustativas e intelectuales del genial artista:”Ventresca de cerdo ibérico con panceta de bonito de Ondarra”. Ma-ra-vi-llo-sooo!!, que hubiera exclamado Don Salvador. A Dalí también le hubiera encantado Cadaqués Madrid porque, pese a su excéntrica y anticonvencional personalidad, sentía especial debilidad por el marisco y por la sencilla y típica cocina de pescadores de su querido Cadaqués; y sobre todo, por los erizos que tanto abundaban en la rocosas y recónditas calas gerundenses. Por último, y como no, también hubiera hecho las delicias del célebre pintor ir a comer al nuevo restaurante del grupo Sagardi, porque acaban de inaugurarlo; y al autor de: “Sueño producido por el vuelo de una abeja un instante antes de despertar”, es bien sabido que lo que más podía gustarle del mundo era protagonizar o disfrutar de lo último de lo último…
Pero volvamos al principio. Hace ya más de un cuarto de siglo–1994–que el grupo Sagardi abrió en Barcelona, Irati Taverna Basca, su primer restaurante. Hoy son ya más de 30 establecimientos los que Mikel e Iñaki López de Viñaspre tienen en medio mundo: Barcelona Madrid, Amsterdam, Londres, Buenos Aires, Oporto…
Todavía recuerdo cuando a principios del nuevo milenio Sagardi abrió local en el, por entonces, recién inaugurado Palacio de Hielo de Madrid. Durante algún tiempo, su barra de pinchos a la donostiarra y su parrilla de carnes y pescados, fue para mi el principal aliciente para visitar el siempre bullicioso y atestado centro comercial. Después, no sé muy bien por qué, Sagardi cerró el negocio privándonos a sus fieles clientes del único remanso de paz y felicidad gastronómica del Palacio de Hielo.
Centrándonos ya en la actualidad y más concretamente en la calle Jorge Juan– probablemente, junto con Ponzano, la vía urbana con mayor densidad de restaurantes de Madrid– diremos que en el número 35 de esta calle, es donde está el nuevo Cadaqués; réplica capitalina del Cadaqués ya existente en la Ciudad Condal. El cuarto restaurante del grupo Sagardi en Madrid y el primero que ofrece una cocina eminentemente mediterránea y marinera; en la que el fuego, los arroces y los mejores productos del mar son los principales protagonistas; aunque, eso sí, sin olvidar las magníficas carnes, marca de la casa.
Mucho antes de que las brasas y las parrillas estuviesen tan de moda, ya eran el día a día de los hermanos López de Viñaspre. Hoy, Iñaki y su equipo muestran toda su vieja maestría en torno a las ascuas, dejándose ver en la cocina con vistas de su nuevo restaurante madrileño.
En Cadaqués Madrid, los arroces a la leña de naranjo adquieren el máximo protagonismo, y tienen en común con el resto de la oferta de su carta, la genuina característica altoampurdanesa del mar y montaña; así, uno puede decantarse por un suculento arroz brut de sepia, rape y almejas; por el del conejo y caracoles; o bien decidirse por el arroz a la cazuela de bogavante, o por el del pato con salsifís. Antes del arroz, quizás no sería mala idea pedir algo de marisco del día-almejas, coquinas, navajitas, gamba roja del puerto de Roses, cigala de Cadaqués…, o alguna otra rica de entrada como el típico Xató, o una esqueixada, o el tartar de corvina con lentejas de Puy, o, porque no, una jugosa tortilla con romescada de gambas.
Si eres de los que se mueren por los pucheros y la cocina sin prisas, en Cadaqués Madrid tendrás un largo y tentador repertorio de chup, chup…, también de mar y montaña: judías del Ganxet, tripa de bacalao y “bull” negro; romescada de calamar de potera; albóndigas con sepia; pollo de Cal Rovira con cigalas; pies de cerdo rellenos de butifarra de perol con gambas. Claro que si a lo que no te puedes resistir es a una buena parrilla de pescado o de carne, en Cadaqués Madrid tampoco te faltará donde elegir. De las lonjas, o barcas pesqueras del Mediterráneo: rodaballo salvaje; lenguado o kabratxo… De los campos y granjas ecológicas: el entrecot de vaca vieja, las costillitas de lechal al sarmiento, el cerdo Duroc de Cal Rovira… Llegados a este punto, probablemente no puedes más; pero si no es así, no debes dejar de probar algo de queso de la zona, o un postre local como el Tap de Cadaqués borracho.
En cuanto a la carta de vinos hay que comentar que ofrece interesantes propuestas de pequeñas, y no muy conocidas bodegas de distintas denominaciones de origen catalanas, incluyendo delicados cavas, llamativos blancos como el Sota Els Angels y sorprendentes tintos. En relación con los vinos también hay que decir que si te ofrecen una referencia concreta, pide que te digan su precio, porque, a veces, no lo hacen y, al final, te puedes llevar una indeseada sorpresa.
El local del restaurante es realmente agradable y espacioso y está decorado con un cierto aire de taberna cool de pescadores. Distribuido en dos plantas, dispone de una interesante barra con mesas altas, en las que se puede tomar casi cualquier cosa de la carta. Ah, y algo fundamental, Cadaqués cuenta con una despejada y semi-aclimada terraza, que, dados los tiempos que corren, para mucha gente puede resultar tan importante o más que una buena carta. Por cierto, si comes o cenas en la terraza, déjate aconsejar por Sergio; su manera de presentar y hablarte de los platos, hará que todo te apetezca más y te sepa mejor.