Un gran lunes de primavera en Madrid
por Ignacio de Miguel
Pocos planes mejores que juntar arte y gastronomía y, el pasado 17 de abril, aprovechamos la exposición de una parte de la colección Abelló en la Casa de Correos, para organizar un encuentro donde Madrid fue el protagonista.
La oportunidad fue única por varios motivos: primero ver los cuadros relacionados con paisajes de Madrid de una colección privada que no se puede visitar, y segunda hacerlo con un reducido grupo exclusivamente de académicos, y explicada por Beatriz Moreno de Barreda, conservadora de la Colección Abelló. Y, posteriormente, disfrutar de una comida con platos tradicionales en Casa Ciriaco, uno de los grandes restaurantes centenarios de Madrid.
Empezamos constatando la calidad de esta colección, con casi 60 cuadros, algunos de gran formato encargados para decorar palacios y algunas casi miniaturas, de las que se hacían para poder trasladar en los viajes.
Además del puro deleite por contemplar estas obras de arte, como madrileños, es divertido conocer y reconocer muchos rincones de nuestra ciudad, la mayoría ya modificados por el paso del tiempo y la construcción y demolición de algunos edificios. También es apasionante el poder conocer, a través de las pinturas, edificios que ya no existen, como la antigua plaza de toros ubicada donde hoy está la iglesia de San Manuel y San Benito en la calle Alcalá, la casa de la Panadería antes de su incendio y posterior rehabilitación, las huertas a orillas del Manzanares o el Alcázar en época de los Austrias donde hoy está el palacio Real.
Y hay que destacar y agradecer las explicaciones de Beatriz Moreno de Barreda, deteniéndose en cada cuadro, hablando de su autor, su origen y lo que representa
“La colección reunida por Juan Abelló y Anna Gamazo constituye uno de los fondos artísticos más ricos del ámbito europeo, con obras que van desde la Edad Media hasta el siglo XXI. Entre sus fondos se concentra un grupo muy coherente de pinturas y dibujos con vistas de la ciudad de Madrid y de parajes de su Comunidad Autónoma, que aquí son reunidos y estudiados por primera vez de forma monográfica”
Y tras algo más de una hora, y ya reconfortado el espíritu, tocaba reconfortar el cuerpo, y nada mejor que un corto paseo por la calle Mayor para llegar a Casa Ciriaco donde nos reciben en la puerta sus actuales propietarios Alfonso Delgado (Casa Alberto) y Daniel Waldburger (El Abuelo) a los que debemos que la centenaria casa de comidas no haya desaparecido.
Nos aposentan en el comedor privado de la cueva para hacer una jornada gastronómica con muchos guiños a la cocina madrileña que, por supuesto, tenía que empezar con un vermú con gildas.
Y a partir de ahí no podían faltar croquetas de jamón, empanadillas, espárragos, pisto con huevo, ensaladilla rusa, bacalao estilo pavía y una variación de la gallina en pepitoria que se presentó rellenando unos pimientos de Guernica.
Siguiendo con postres clásicos, rematamos la faena con una leche frita flambeada con anís.
Buena introducción de un día que terminó asistiendo a la inauguración del concurso Bacchus, organizado por la UEC con Fernando Gurucharri al frente y presidido por nuestro presidente Luis Suarez de Lezo.
Ignacio de Miguel Poch
Academia Madrileña de Gastronomía