Muchos cocineros ya son conscientes que ser originales e innovadores a la hora de crear un plato, aunque sea una tapa, puede no ser suficiente para que el resultado final se valore y aprecie como es debido: es necesario dar un pasito más y conseguir estimular todos los sentidos del consumidor más allá del gusto y del olfato.

Si el oído está todavía relegado a ser un componente marginal -aunque habría que preguntarse cuánto mejora la experiencia en un restaurante donde se puede conversar sin tener que chillar – la vista y el tacto están asumiendo un papel cada día más relevante. La puesta en escena es cada vez más importante y aprender a emplatar y a utilizar las vajillas más adecuadas para apreciar aún más un plato son ya asignaturas obligatorias. Lo mismo ocurre con el espacio donde se consumen los platos: la decoración, la señalética, los menús, incluso la web, todo suma a la hora de conseguir un proyecto ganador.

Todo esto puede explicar porqué la conexión entre el mundo del diseño y la gastronomía sea cada vez más intensa y la colaboración entre estos dos mundos más estrecha.
En el espacio de La Central de Diseño del Matadero – cada vez más volcado con la Gastronomía – se ha desarrollado en este último fin de semana de septiembre la primera edición de Bigfood, un proyecto de DIMAD (Asociación de Diseñadores de Madrid) que realiza dentro de su programa di_food (que organiza exposiciones, cursos y ponencias sobre gastronomía) y de oopen estudio.

Con un formato de arranque centrado en la tapa, los organizadores han juntado chefs (algunos con estrellas Michelin) y diseñadores con el objetivo de comprobar la capacidad de sinergia: “un chef crea un bocado y un diseñador el soporte donde degustarlo, el ambiente, la gráfica o por qué no, también la propia tapa.” El resultado ha sido un singular mercado gastronómico indoor con más de 25 espacios con propuestas para comer y también beber algo original.

Alguno ejemplos: La Vermutería ha juntado a Paco Pérez con la diseñadora Lucía Inthesky y Vermuts Miró, Sergi Arola y su concepto ViCool presentaron una propuesta relacionada con la moda, El Recuerdo y su chef Manuel Fernández realizaron un proyecto con nuestro académico y afamado interiorista Nacho García Vinuesa, Celso y Manolo se asociaron con Chichinabo Inc. y sus vajillas personalizadas, o Javier del Castillo de Atalanta que se juntó con el diseñador Fernando Subirats.

Talleres (por ejemplo, cómo mejorar la calidad de tus fotos de comida), charlas, master class y hasta instalaciones artísticas han complementado la diversión.

Como si no fuera suficiente, la oferta de actividades gastronómicas en el Matadero durante el fin de semana se ha completado también con la presencia del Mercado de Productores (próxima edición 30 de octubre-1 de noviembre) que ha reunido a más de 80 productores de la Comunidad de Madrid.