«La gran cocina» de cerveza de Mahou San Miguel

 
Por Academia Madrileña de Gastronomía

 

Alovera, localidad a medio camino entre Madrid y Guadalajara, alberga uno de los templos de la cerveza de nuestro país, el centro de producción de Mahou San Miguel. O, mejor dicho, “la gran cocina” de Mahou San Miguel. Allí se elaboran cada día tres millones de litros de cerveza, o lo que es lo mismo, unas 13 piscinas olímpicas de este producto. La Academia Madrileña de Gastronomía visitó el centro base de esta marca que, según explica Juanjo Madariaga, su director de Relaciones Externas, “también es gastronomía”. “Al fin y al cabo, la receta de la cerveza es un guiso”, afirma.

Esta fábrica es capaz de producir diariamente cerveza con la misma calidad, sin ninguna distinción entre tirada y tirada, y eso es posible gracias al trabajo de biólogos, químicos, farmacéuticos y maestros cerveceros capaces de mantener los estándares de una marca que se consume en todo el mundo. Como gran defensor de la cultura gastronómica, nuestro presidente, Rogelio Enríquez, se mostró “orgulloso” por “el producto de calidad que hace Mahou San Miguel y que tan bien representa a la gastronomía madrileña y a la Comunidad de Madrid”.

UN RECORRIDO POR LOS “FOGONES” DE MAHOU SAN MIGUEL

La visita a la fábrica de esta compañía, que actualmente dirige la 6ª generación del apellido Mahou, no escatima en detalles y comenzó con una explicación del uso de los distintos tipos de cereales que marcan el proceso desde el inicio. La elección de la malta y el cuidado de la flor del lúpulo, que en este caso es añadido en formato pelets, dan paso a un primer cocinado en tanques de hasta 250.000 litros. Aquí tiene lugar una primera fase de maceración y posteriormente se añaden las levaduras para dar lugar a la fermentación de la cerveza. En este punto de los “fogones”, la receta sigue su cauce y una vez lista pasa a ser embotellada.

Llegados a esta fase, todo pasa por uno de los proyectos más importantes de la planta de fabricación a nivel tecnológico. Sus carretillas automatizadas trabajan de manera individual y ordenada para agilizar el almacenaje previo a la salida del producto al mercado. Aunque, la tecnología que aplica la compañía no se queda en un solo proceso, también está presente en los entresijos de su microcervecera (centro de I+D) en la que producen las gamas con menos tirada, como la Brutus, y en la que trabajan en innovación y desarrollo para seguir mejorando, creciendo y creando nuevos productos.

APROVECHAMIENTO DE RESIDUOS Y REUTILIZACIÓN

Desde la Academia Madrileña de Gastronomía también tuvimos la oportunidad de conocer durante esta vista el trabajo que hace Mahou San Miguel con los residuos que produce en todo el proceso de fabricación. Son capaces de revalorizar y aprovechar casi la totalidad de sus productos secundarios como es el caso del bagazo de la malta (el sobrante del filtrado de este cereal) que sirve de alimento para el ganado, pero también para crear los nuevos grifos de cerveza de la marca.

VISITA CON UN BUEN FINAL

Tras conocer el proceso de fabricación de una de las cervezas más consumidas a nivel mundial, llegó otro de los momentos más esperados por los miembros de la Academia Madrileña de Gastronomía; una caña bien tirada. Eric Vernacci y Bea Garaizabal tuvieron la oportunidad de aprender a servir una Mahou de grifo y de botella, en una visita que terminó con una degustación de varias cervezas Mahou San Miguel.