El Patio de Abascal. La tasca del barrio

Una pequeña gran dirección de barrio

 

Aunque a primera vista, tanto por fuera como por dentro puede parecer uno de esos restaurantes replicantes en los que inevitablemente comerás la típica oferta gastro indiferenciada, hija de la globalización, con platos archirrepetidos; si finalmente te animas a entrar en El Patio de Abascal, y pruebas su cocina, seguro que te sentirás como en la casa de tu abuela, o en la mejor tasca de tu barrio.

La vuelta a la tradición y a la memoria gustativa, parecen seguir en plena tendencia gastro. El retorno a la cocina popular, a los genuinos sabores de siempre, al producto, y a los platos de temporada, parece seguir ganando posiciones en el panorama de la restauración madrileña. Una buena muestra de este revival culinario es la reciente apertura de El Patio de Abascal, una nueva “vieja taberna” que acaba de abrir sus puertas de la mano de Javier Murguizu, un joven, aunque veterano chef, formado en La Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid que, entre otras muchas experiencias profesionales, ha dirigido los fogones del recordado Araceli de La Moraleja, de Ramses, de Picalagartos… y que, a lo largo de los últimos cinco años, junto con Javier Muñoz Calero, ha conseguido en Ovillo, un sol Repsol y una mención especial de la guía Michelin, además de alzarse con la victoria en el Campeonato Mundial de Callos 2022.

El Patio de Abascal replica, con técnica culinaria de nuestros días, pero con los mismos auténticos sabores de antes, los platos de la típica taberna madrileña de toda la vida; eso sí, con ciertas resonancias vascas y gallegas inevitable consecuencia del origen vasco-gallego de Javier.  La carta no tiene desperdicio: callos a la madrileña, rabo de toro, patatas bravas, croquetas, tortilla de patata con cebolla, torreznos hechos en casa, bacalao a la Donostiarra, salpicón de gamba roja y pulpo … y, por supuesto, un plato distinto de cuchara cada día (lentejas, judiones, patatas guisadas con marmitaco, arroces secos y caldosos, y, los jueves, cocido…). Entre las especialidades más queridas del chef están también los escabeches y encurtidos caseros que Murguizu prepara utilizando además de vinagre, distintos vinos, vermuts, hierbas aromáticas y licores, que los hacen mucho más especiales. Los hay de mejillón, boquerón, palometa, setas y, en temporada, también de caza: conejo, perdiz, codorniz…

En la carta no faltan otros muchos platos tan sugerentes y apetecibles como la ensaladilla de langostinos tigre, las sardinas ahumadas y caponata, el pisto con huevos de corral y gambas de cristal…

Aunque la oferta de El Patio de Abascal está particularmente centrada en la cocina tradicional, no deja de estar también abierta al mercado y a la temporada, jugando con sugerencias diarias ligadas al producto de época; como las setas; la caza de pluma y pelo –incluidas unas inusuales y excelentes chuletitas de conejo–; las verduras de estación, como los guisantes lágrima, o los espárragos de Tudela… Entre las sugerencias del día también te puede sorprender su selección de mariscos y grandes pescados salvajes del momento: gamba roja de Denia, gamba blanca de Huelva, langostinos de Sanlúcar, lubina, rodaballo… Los amantes de la carne tampoco dejaran de disfrutar de algún buen corte de Angus de Rio Tinto.

La propuesta de El Patio de Abascal se completa con un estupendo menú del día –primero, segundo y postre– por 18€.

Una última sugerencia, cuando vayas, pide que te den mesa en la primera planta; el espacio y el ambiente es mucho más íntimo y agradable.

Al despedirnos deseándole lo mejor, Javier nos dice que lo que de verdad le gustaría es que, en poco tiempo, su Patio de Abascal fuese reconocido, sencillamente, como la tasca del barrio. Estamos seguros de que lo conseguirá.

 

 

 

Aunque a primera vista, tanto por fuera como por dentro puede parecer uno de esos restaurantes replicantes en los que inevitablemente comerás la típica oferta gastro indiferenciada, hija de la globalización, con platos archirrepetidos; si finalmente te animas a entrar en El Patio de Abascal, y pruebas su cocina, seguro que te sentirás como en la casa de tu abuela, o en la mejor tasca de tu barrio.

La vuelta a la tradición y a la memoria gustativa, parecen seguir en plena tendencia gastro. El retorno a la cocina popular, a los genuinos sabores de siempre, al producto, y a los platos de temporada, parece seguir ganando posiciones en el panorama de la restauración madrileña. Una buena muestra de este revival culinario es la reciente apertura de El Patio de Abascal, una nueva “vieja taberna” que acaba de abrir sus puertas de la mano de Javier Murguizu, un joven, aunque veterano chef, formado en La Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid que, entre otras muchas experiencias profesionales, ha dirigido los fogones del recordado Araceli de La Moraleja, de Ramses, de Picalagartos… y que, a lo largo de los últimos cinco años, junto con Javier Muñoz Calero, ha conseguido en Ovillo, un sol Repsol y una mención especial de la guía Michelin, además de alzarse con la victoria en el Campeonato Mundial de Callos 2022.

El Patio de Abascal replica, con técnica culinaria de nuestros días, pero con los mismos auténticos sabores de antes, los platos de la típica taberna madrileña de toda la vida; eso sí, con ciertas resonancias vascas y gallegas inevitable consecuencia del origen vasco-gallego de Javier.  La carta no tiene desperdicio: callos a la madrileña, rabo de toro, patatas bravas, croquetas, tortilla de patata con cebolla, torreznos hechos en casa, bacalao a la Donostiarra, salpicón de gamba roja y pulpo … y, por supuesto, un plato distinto de cuchara cada día (lentejas, judiones, patatas guisadas con marmitaco, arroces secos y caldosos, y, los jueves, cocido…). Entre las especialidades más queridas del chef están también los escabeches y encurtidos caseros que Murguizu prepara utilizando además de vinagre, distintos vinos, vermuts, hierbas aromáticas y licores, que los hacen mucho más especiales. Los hay de mejillón, boquerón, palometa, setas y, en temporada, también de caza: conejo, perdiz, codorniz…

En la carta no faltan otros muchos platos tan sugerentes y apetecibles como la ensaladilla de langostinos tigre, las sardinas ahumadas y caponata, el pisto con huevos de corral y gambas de cristal…

Aunque la oferta de El Patio de Abascal está particularmente centrada en la cocina tradicional, no deja de estar también abierta al mercado y a la temporada, jugando con sugerencias diarias ligadas al producto de época; como las setas; la caza de pluma y pelo –incluidas unas inusuales y excelentes chuletitas de conejo–; las verduras de estación, como los guisantes lágrima, o los espárragos de Tudela… Entre las sugerencias del día también te puede sorprender su selección de mariscos y grandes pescados salvajes del momento: gamba roja de Denia, gamba blanca de Huelva, langostinos de Sanlúcar, lubina, rodaballo… Los amantes de la carne tampoco dejaran de disfrutar de algún buen corte de Angus de Rio Tinto.

La propuesta de El Patio de Abascal se completa con un estupendo menú del día –primero, segundo y postre– por 18€.

Una última sugerencia, cuando vayas, pide que te den mesa en la primera planta; el espacio y el ambiente es mucho más íntimo y agradable.

Al despedirnos deseándole lo mejor, Javier nos dice que lo que de verdad le gustaría es que, en poco tiempo, su Patio de Abascal fuese reconocido, sencillamente, como la tasca del barrio. Estamos seguros de que lo conseguirá.